Las recientes noticias sobre el precio de la memoria han dejado a muchos en estado de alarma. La creciente demanda por los nuevos centros de datos de inteligencia artificial ha creado un gran desequilibrio en el mercado. Los fabricantes están priorizando la producción de memoria para servidores y datacenters, ignorando las necesidades del usuario doméstico. Esto ha llevado a que los módulos DDR5 hayan aumentado su precio en un 300% en solo unas semanas. Al pensar en el impacto de esto, quizás te preocupe que montar un PC o adquirir un portátil o smartphone será más costoso, pero hay otro efecto más ominoso acechando en nuestros hogares.
Impacto inesperado en tu televisor
El problema no radica únicamente en que pagarás más por lo que solÃas comprar, sino que esta crisis está condenando el hardware de las Smart TV y los dongles HDMI a un estancamiento prolongado.
Los márgenes de beneficio en los televisores siempre han sido ajustados, con la industria moviéndose hacia un modelo publicitario. Un aumento drástico en el costo de componentes esenciales como la RAM y la memoria NAND puede forzar a los fabricantes a mantener las especificaciones técnicas congeladas durante años. Esto es un mal presagio para los consumidores que esperan innovación, ya que significa que el precio de los televisores podrÃa no reflejar un avance significativo en la oferta. Y ese cuadro es preocupante.
Un PC tiene más margen que una tele
Si un usuario cualquiera adquiere un portátil o un móvil hoy, puede disfrutar de 8 GB de RAM en su smartphone o 16 GB en su PC por un largo perÃodo sin problemas, a no ser que desee realizar tareas intensivas o ejecutar modelos de IA localmente. Estos dispositivos están más establecidos. Sin embargo, las Smart TV se encuentran en una situación crÃtica. Muchos modelos, incluso los de gama media-alta, cuentan con cantidades insuficientes de memoria RAM (2 GB o 3 GB en el mejor de los casos) y con almacenamiento que parece ridÃculo (8 GB o 16 GB). Se quedan cortos.
Las televisores de gama alta no están a salvo
La falta de evolución es clara cuando se ve lo que está sucediendo en el presente. Los sistemas operativos son cada vez más pesados y repletos de funciones, mientras que el hardware no puede seguir el ritmo. Un caso evidente es el de modelos de alta gama como el Samsung S95C QD-OLED. Después de la actualización a One UI (Tizen), la interfaz se volvió lenta y problemática. Si un televisor que costó una fortuna hace poco ya lucha para manejar el sistema actual debido a la falta de recursos, es difÃcil imaginar cómo se comportarán los modelos de 2026 y 2027 si siguen utilizando la misma cantidad de RAM para evitar aumentar costos.
Reduflación a la vista
Lo más probable es que nos enfrentemos a un periodo de estancamiento inevitable. A medida que la IA sigue aumentando su capacidad rápidamente, nuestros dispositivos domésticos experimentarán una especie de “reduflación técnica”: televisores y dongles más caros o al mismo precio, pero con componentes que no han progresado lo suficiente para manejar el software que llevan dentro.
La mejor esperanza serÃa que los fabricantes optimizaran el software en consonancia, algo que ha explicado los problemas de rendimiento en las Smart TV desde sus inicios. Afortunadamente, hay un número creciente de modelos bien optimizados, especialmente desde la gama media hacia arriba y con Google TV como sistema operativo.






























