Los sistemas de calefacción más eficientes para obtener un mejor rendimiento en casa y reducir significativamente la factura eléctrica son los acondicionadores de aire con bomba de calor.
Estos dispositivos no solo ofrecen aire frío en verano, sino que también brindan calor en invierno, superando el rendimiento de los tradicionales radiadores eléctricos. Sin embargo, muchas personas no utilizan estos equipos de forma óptima y, en consecuencia, no aprovechan al máximo las posibilidades que su tecnología les ofrece.
A continuación, repasaremos una serie de recomendaciones clave para aquellos que consideran utilizar estos aparatos como su sistema principal de calefacción en el hogar.
Colocación adecuada de las aspas del aire
Un error común con los aires acondicionados, especialmente en los modelos “split”, está relacionado con la posición de las aspas. Aunque puede parecer un detalle menor, su orientación es fundamental para lograr una temperatura confortable mientras se gasta menos energía en modo calefacción.
Durante el verano, es habitual apuntar las aspas hacia arriba para evitar corrientes de aire frío que pueden ser perjudiciales para la salud y para mejorar la distribución del aire en la habitación.
En invierno, la dirección debe ser inversa; las aspas deben apuntar hacia abajo para dirigir el aire hacia la parte inferior de la sala. No es necesario que vayan justo al suelo, sino en una posición intermedia que favorezca la circulación del aire hacia donde nos encontramos.
Si no se ajusta la dirección de las aspas adecuadamente, el aire caliente ascenderá y se acumulará en la parte superior de la habitación. Esto hará que el termostato se active más pronto, y para alcanzar la temperatura deseada en la zona donde normalmente nos ubicamos, como en el sofá, será necesario aumentar varios grados la temperatura, lo que se traducirá en un mayor gasto eléctrico.
Seleccionar la temperatura adecuada
Otro punto fundamental para lograr eficiencia en el consumo eléctrico es la elección de la temperatura objetivo del acondicionador de aire.
En contraste con otros sistemas de calefacción, como estufas o radiadores, que suelen ubicarse cerca del suelo, los aires acondicionados generalmente se instalan en la parte superior de las paredes, lejos del usuario.
Esto puede resultar en que la temperatura indicada en el control remoto no se alcance, llevando a una sensación continua de frío a menos que ajustemos el termostato a varios grados más.
En estos casos, es aconsejable tener un termómetro externo ubicado cerca de donde pasamos más tiempo, como junto al sillón. Así, podemos ajustar la temperatura del acondicionador hasta que la lectura del termómetro externo refleje la temperatura deseada de confort.
Puede haber fácilmente dos o tres grados de diferencia entre la temperatura configurada en el aire acondicionado y la real a nuestra altura, lo que depende de la altura de instalación y la distancia al chorro de aire.
Controlar adecuadamente el chorro de aire
En verano, muchas veces se prefiere evitar el aire directo, por lo que se dirige el chorro lejos. Sin embargo, en invierno, ocurre lo contrario.
Aunque no queremos una corriente de aire fuerte, una ligera brisa de aire templado puede ser muy agradable. Por lo tanto, regular adecuadamente la intensidad del chorro de aire es vital para aprovechar al máximo el rendimiento del equipo.
Esto es especialmente útil en salas grandes donde estamos alejados del aparato. En esos casos, es importante seleccionar un buen nivel de movimiento en el ventilador para evitar que el aire caliente se acumule en una parte de la habitación, lo que obliga a subir el termostato y, por ende, a consumir más energía.
Si el equipo lo permite, utilizar la función de movimiento automático de las aspas puede ayudar a distribuir mejor el aire en la sala y minimizar la acumulación de calor en un solo lugar.
Mantenimiento adecuado
Este aspecto es crucial y a menudo se subestima. Realizar un buen mantenimiento energético de los aparatos antes de su uso, o incluso a mitad de temporada, es esencial para maximizar su eficiencia.
Es importante limpiar y revisar los filtros del aire para eliminar polvo y otros residuos que puedan reducir el flujo de aire, así como por razones de higiene.
Un filtro sucio puede albergar microorganismos nocivos que se distribuyen por el aire, y también puede causar malos olores al encender el equipo.
Asimismo, es vital garantizar que la salida de los tubos de drenaje funcione adecuadamente para que el agua de condensación sea expulsada correctamente al exterior, evitando filtraciones internas.
