En octubre de este año, Microsoft dejará de proporcionar actualizaciones para Windows 10 en aquellos equipos que, cuatro años después de su lanzamiento, no hayan hecho el salto a Windows 11. A menudo, el dilema no radica en que los usuarios no deseen actualizar, sino en que sus equipos se ven imposibilitados debido a la falta del chip TPM 2.0. Este componente es esencial, ya que Microsoft lo verifica durante la instalación de Windows 11 y, al no detectarlo, bloquea la actualización.
Obstáculo del TPM 2.0 en la actualización a Windows 11
El chip TPM, o Módulo de Plataforma Segura, es un pequeño, pero crucial elemento de hardware integrado en la placa base o en los procesadores. Su función principal es mejorar la seguridad del equipo al almacenar de manera independiente las claves necesarias para cifrar y descifrar datos.
Esto significa que, en caso de que un software malicioso intente acceder a su información, será incapaz de hacerlo gracias a la protección que brinda el chip. Además, se hace cargo también de la gestión de contraseñas, certificados y datos biométricos, actuando como una especie de caja fuerte digital que recae sobre la seguridad del dispositivo de manera autónoma.
¿Por qué el chip TPM es vital para la seguridad de tu PC?
A pesar de que Windows 11 utiliza este chip para asegurar que sus datos estén protegidos, existen métodos para eludir este requisito sin necesidad de complicarse con el registro de Windows ni nada por el estilo.
Muchos usuarios, sin embargo, se sienten un poco reticentes a dar el salto a Windows 11, especialmente porque uno de los requisitos es usar una cuenta de Microsoft, algo que no todos están dispuestos a aceptar. Afortunadamente, también hay maneras de sortear este requisito.
¿Cómo instalar Windows 11 sin cuenta de Microsoft?
Si estás decidido a instalar Windows 11 sin el chip TPM y sin la necesidad de una cuenta de Microsoft, existe una manera de hacerlo utilizando una herramienta llamada Rufus. Para empezar, necesitarás descargar una imagen ISO de Windows 11 desde la página oficial de Microsoft. Asegúrate de tener un pendrive que cuente con al menos 8 GB de capacidad, ya que el proceso de Rufus borrará todo en el dispositivo.
Una vez descargada la ISO, visita el sitio web de Rufus y descarga la aplicación. Conéctate tu pendrive y ejecuta Rufus. Si tu equipo reconoce el pendrive, aparecerá su nombre y capacidad en la ventana de la aplicación. A continuación, encontrarás la opción para elegir el arranque; selecciona “SELECCIONAR” y dirígete a la ubicación donde guardaste la ISO.
Usando Rufus para saltar las restricciones de instalación
Rufus configurará automáticamente todo lo necesario: el esquema de partición, el sistema de archivos y demás opciones. Para asegurarte de que el proceso de instalación ignore el requisito del chip TPM y la necesidad de una cuenta de Microsoft, pulsa en “Empezar” y revisa las opciones que aparecen.
Deberás asegurarte de que están marcadas las casillas que elimina esos requisitos. Adicionalmente, selecciona la opción “Crear una cuenta local con un nombre de usuario”. De este modo, tu equipo iniciará sesión automáticamente con esta cuenta al finalizar la instalación, ahorrándote el proceso.
El paso final para disfrutar de Windows 11 sin limitaciones
Finalmente, haz clic en “OK” y espera a que Rufus termine de crear el USB de instalación. Cuando el proceso concluya, deja el pendrive conectado y accede al BIOS de tu equipo para ajustar las opciones de inicio, de modo que arranque desde el USB. Después, sigue los pasos que aparecen en pantalla y estarás listo para disfrutar de la experiencia de Windows 11 sin los requisitos que no deseas cumplir.
Este método ofrece una solución accesible para quienes se han sentido atrapados por las limitaciones de hardware o las condiciones de cuenta de Microsoft. A través de estas instrucciones, puedes tomar el control de tu equipo y explorar lo que Windows 11 tiene para ofrecer, sin sentir que alguien más te dicta qué hacer.
